Ajedrez de Lewis: arte vikingo
Las piezas que componen el ajedrez de Lewis son probablemente el hallazgo arqueológico más conocido de Escocia. Pero como sucede con muchos otros descubrimientos, estas piezas personificadas esconden muchos secretos. No sabemos porque terminaron en una playa de la Isla que les da nombre. Lo más carismático de estas piezas es ante todo sus rostros humanos tan expresivos.
Las piezas están repartidas en dos museos, en Londres y en Edimburgo. Os cuento y os enseño las fotos que les he podido hacer a lo largo de los años en mis visitas a estos museos.
Los vikingos y los juegos de mesa
Los vikingos dedicaban parte de su tiempo a la diversión intelectual. Uno de los juegos a los que se hace referencia en las sagas (Hervör, Heidrekr…) es el Hnefatafl. Es un juego donde varias piezas tienen que proteger al rey.
«Hay nueve artes conocidas por mí:
juego a las tablas como un experto,
me equivoco raramente en cuestión de runas,
leer, tallar hierro o madera son cosas a mi alcance,
sé deslizarme con suavidad con los esquíes,
manejar un arco, remar a placer;
sé aplicar mi mente a una u otra de estas artes:
el lai del poeta y la música del arpa.»
En estos versos de un Jarl de las Orcadas, vemos la referencia que hace a «las tablas» o tafl, del latín tabula. Saber jugar a estos juegos era muy valorado para ellos. Por otro lado, sabemos que los vikingos mantenían relaciones comerciales, culturales… con otros países, por lo que no es de extrañar que conocieran el ajedrez.
El ajedrez de Lewis y sus carismáticas piezas
El ajedrez de Lewis es el mayor conjunto de piezas de ajedrez antiguo jamás encontrado. Son objetos correspondientes a la Edad Media de gran importancia por varias razones. Son numerosas las piezas que lo conforman, de gran antigüedad y en muy buen estado de conservación. Además, muestran la habilidosa técnica de quien las fabricó. Todas estas características demuestran que en el Norte de Europa, durante la Baja Edad Media (segunda mitad de la Edad Media) había un alto nivel de producción artesanal. Otra de las cosas que nos cuentan estas piezas es que la conexión política y cultural entre Escandinavia y las Islas británicas, en ese momento, era muy fuerte.
En total, el conjunto está compuesto por setenta y ocho piezas de ajedrez, catorce tableros y una hebilla de bolsa. Por el número de piezas y de tableros, vemos que se conservan cuatro juegos incompletos. Se dividen en:
- ocho reyes
- ocho damas
- dieciséis alfiles
- quince jinetes
- dieciséis guerreros/berserkers (actúan como torres)
- diecinueve peones
En cuanto a los materiales utilizados para fabricar estas piezas, tenemos dos. Abundan las de marfil de morsa pero hay algunas hechas con colmillo de ballena. La altura de las piezas es entre 4 cm y 10cm.
Al parecer, cuando encontraron, las piezas eran de color rojo granate, pero los estudios científicos no han encontrado ni rastro de restos de pintura en ellas.
Lo más carismático de estas piezas es sin duda que representen figuras antropomorfas y la expresión en el rostro de cada una de ellas. La única excepción es la de los peones. Estos son representados por una especie de estela.
Origen del ajedrez de Lewis
Este ajedrez fue encontrado en la isla Lewis, la cual que les da su nombre. En cuanto a como fueron encontradas y cuando, hay varias teorías contradictorias al respecto. Y en lo que respecta a su origen, los estudiosos de estas piezas han llegado a la conclusión de que es escandinavo. Lo más probable es que fueran fabricadas en Trondheim, la antigua Nidaros.
Trondheim (Þróndheimr en nórdico antiguo) significa algo así como «hogar donde se crece sano» y por ende «lugar próspero».
Lo más probable es que el ajedrez de Lewis llegara por puro azar a esta isla de las Hébridas Escocesas, de camino a los centros comerciales de Irlanda o Inglaterra. Lewis era parte del Reino de Mann y las Islas entre 1079 hasta 1266. Los reyes locales tuvieron que reconocer la soberanía de Noruega y pagar tributo al arzobispo de Nidaros.
Las razones que se dan para justificar que fueron de origen escandinavo están tanto en el diseño de las piezas como en su material:
El marfil de morsa traído de Groenlandia
El marfil era caro y necesitaba de manos habilidosas para tallarlo. Para conseguir el material, los estudiosos consideran la importancia de que Nidaros, cuando se fabricaron las piezas, era la capital de Noruega y recibía tributo de Groenlandia. De allí conseguían gran cantidad de marfil de morsa con la que pudieron fabricar el ajedrez de Lewis.
Los diseños claramente nórdicos
Los diseños que aparecen en la parte trasera de los tronos del rey y la reina son comparados a los diseños que puedes encontrar en las iglesias de madera noruegas. También aparecen estos detalles en la catedral de Trondheim.
Pero la razón de más peso para decir que Trondheim fue el lugar de origen del ajedrez de Lewis, es la semejanza entre la expresión de una de las piezas y un dibujo encontrado en las ruinas de un palacio de Nidaros. Se trata de la reina con la mano en el rostro y con expresión de sorpresa.
Datadas en la segunda mitad del siglo XII, estas piezas fueron producto de la imaginación de alguien que quería expresar sentimientos a través de las piezas. Lo que no sabemos con certeza es la finalidad de llevar a un sitio como la Isla de Lewis las piezas de este ajedrez. ¿Era un regalo? ¿un botín? ¿Cuestiones comerciales? Estas cuestiones no se han esclarecido todavía, pero al menos podemos disfrutar de este descubrimiento y la belleza de sus piezas.
¿Dónde está el ajedrez de Lewis?
Si te interesa ver las piezas del ajedrez de Lewis, cosa que no me sorprendería en absoluto, tendrás que visitar tres lugares diferentes. Lo sé, menuda faena, pero la cosa es que ha habido mucha controversia con este asunto.
De esta forma, las piezas se dividen de la siguiente manera:
- Las piezas que se donaron al Museo Británico (Londres) están en la galería «Sir Paul and Lady Ruddock: Medieval Europe 1050–1500».
- Las piezas del Museo de Escocia (Edimburgo) están en exhibición de la sala «Kingdom of the Scot», en el Nivel 1.
Por suerte he visto todas las piezas, ya que he visitado ambos museos. A Edimburgo fui para ver la exposición «Celts: art and identity» en la que estaban el Caldero de Gundestrup y un Carnix celta entre cientos de objetos interesantísimos.
En casa tengo algunas réplicas del ajedrez de Lewis. Me encantan por lo bonitas que son, pero sobre todo por lo que simbolizan. Sus expresivos rostros son fruto de la imaginación de quien los creó.
Como curiosidad, este ajedrez aparece en la primera película de la saga Harry Potter: La piedra filosofal.
Fuentes consultadas
Boyer, Regis. La vida cotidiana de los vikingos
Robinson, J. The Lewis Chessmen.
Wikipedia
Apoya la labor de investigación de Shamanrites y el funcionamiento de la página web haciendo un donativo en CO-FI:
Soy Silvia, artista gráfica y textil. Me encanta la naturaleza y su lado más místico, lo que reflejo en mis obras. Otras de mis aficiones son leer, coser y el cine.