Castro de Troña

El castro de Troña es un asentamiento castrexo localizado en Galicia, exactamente en la carretera que nos lleva de Ponteareas a Mondariz. Lo cierto es que he descubierto este sitio casi por casualidad: pasé el verano por tierras gallegas y tuve la suerte de conocer a gente maravillosa que me llevó de «excursión» a varios lugares. Entre ellos que se encuentra este Castro y hoy lo quiero compartir contigo. Prepara un té y toma asiento 🙂

Orígenes del Castro de Troña

El Castro de Troña lleva siglos observando la rueda del tiempo: los restos de estas construcciones en piedra nos cuentan que se transformaron en asentamiento castrexo. Esto sucedió un poco antes de que el mundo llegara al S.IV antes de la era cristiana. El uso de la piedra como principal material de construcción comenzó en este momento. El esplendor del Castro de Troña alcanzó el culmen cerca de los siglos I a.c. y II d.c. pero mucho antes de esto y de ser un castro, fue poblado con alta probabilidad. El castro de Troña mide 200m aprox. de Este a Oeste y 150m de Norte a Sur y su forma es elíptica.

Si nos situamos en el Castro de Troña, y miramos a nuestro alrededor, podemos disfrutar de un paraje natural que un día fue el hogar de los antepasados gallegos.

La vegetación y la tierra inundan algunos de los castros de forma parcial como podéis ver en la fotografía. La mayoría de ellos son de planta circular, porque el espacio pero también los hay de planta cuadrada y rectangular como los que existen en los asentamientos con influencia romana. Algunas tienen vestíbulo, lo que nos cuenta (sí, las piedras hablan, a su manera) la posición social de los habitantes de estos hogares.

Como curiosidad, te diré que los pobladores de los castros construían sus casas sin esquinas, con forma redonda porque creían en que esos rincones se cobijaban los espíritus de no muy buenas intenciones.

El petroglifo de la serpiente

Según hacía mi camino entre los castros llegué a un lugar orientado hacia el este en el que me llama la atención algo grabado en la roca. Se trata de «la serpe de Troña». Es un petroglifo que representa a una serpiente en posición vertical y creando formas de eses. Parece que quiere elevarse con su propio movimiento serpenteante hacia el cielo.

Se cuenta que esta piedra es en realidad un altar destinado a la celebración de rituales para el sacrificio. Una de las razones es que en la parte superior de la piedra donde aparece la serpiente tallada, hay una especie de canal hecho a propósito. Por él caería la sangre de los sacrificados. Otro ejemplo donde encontrarás una serpiente tallada en la roca es la «Pedra da Serpe». Está situada en el castro de Penalba, también en Galicia. En este caso, el altar se encuentra en la cima del castro. A ella también se le considera testigo en primera persona de rituales y sacrificios.

La representación gráfica de la serpiente simboliza energía vital y primigenia así como fecundidad por estar relacionado desde tiempos inmemorables con el miembro fálico por su morfología y la costumbre de este animal de copular durante días y semanas. Aparece en la mayoría de las mitologías y religiones como mediadora y guía entre los mundos, así como símbolo de cambio y renovación por la muda de su piel.

 

«Serpiente, te invocan desde el origen de los tiempos e intentan hechizarte con música mundana. La energía que emanas es un misterio para el ser humano, incluso para dioses. Tu sensibilidad a las vibraciones y escalofríos de la Madre Tierra es para nosotros misterio de secretos profetizados y del mundo subterráneo así como del inconsciente. En él te introduces serpenteando como sigilosa traición para crear sueños y pesadillas inquietantes.»

 

La llegada de los romanos al castro

Con la llegada de los romanos, los habitantes del Castro de Troña fueron abandonando el lugar. Lo hicieron para vivir de forma más cómoda en las cercanías del río Tea. Ahí el alimento resultaba más fácil de conseguir que en la localización del castro. El resultado final de este cambio fue la total despoblación del castro en el siglo I a.C.

En el año 1982, Hidalgo Cuñarro realizó una excavación de este castro. Aquí se hallaron restos de cerámica de los siglos III a I a.C. Algunos de los cuales son muy semejantes a otros encontrados en Numancia con fecha posterior. Cabe destacar la aparición de motivos decorativos en estampillado, del mismo estilo que algunos encontrados en Bretaña entre el S. III al I a.C. Entre otros objetos encontrados en el Castro de Troña, aparecen monedas de bronce y ánforas romanas. También se encontraron fíbulas, hebillas, alfileres y hachas de hierro y una cuenta de pasta vítrea azul.

El Castro de Troña fue declarado Monumento Histórico-Artístico en abril de 1949.

 

Parajes en el entorno del Castro de Troña

Visitamos además dos lugares que se encuentran en las cercanías. Uno de ellos es el Castillo de Sobroso de época medieval. Está construido en la cumbre de la colina de Landín, la más elevada de Villasobroso. El otro es Pena do Equilibro, que como podéis ver en la foto, cada vez está menos equilibrada 😛

Pena do equilibro

Si te ha gustado este post acerca del Castro de Troña, te recomiendo leer «El trisquel: símbolo de evolución para los celtas».

Fuentes consultadas:

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